Un grupo de perros con pelaje completamente azul fue descubierto en los alrededores de la planta nuclear de Chernóbil, sorprendiendo a los voluntarios que trabajan en la zona de exclusión. El hallazgo fue reportado por Dogs of Chernobyl, una organización sin fines de lucro vinculada al Clean Futures Fund, dedicada a alimentar, esterilizar y brindar atención veterinaria a los animales que habitan en el área afectada por el desastre nuclear de 1986.
Los cuidadores encontraron a los animales durante una jornada rutinaria de captura y revisión médica. Según informaron, los perros no presentaban ese color semanas atrás, lo que ha despertado interrogantes sobre la causa del cambio. “Nos encontramos con tres perros completamente azules. No estamos seguros de qué está pasando exactamente”, comunicó la organización. Hasta el momento, los ejemplares se muestran activos y saludables, sin señales de enfermedad ni alteraciones en su comportamiento.
Aunque la primera sospecha apunta a la radiación nuclear, los especialistas consideran más probable que el fenómeno tenga un origen químico. “Lo más probable es que hayan estado en contacto con algún químico presente en la zona”, indicaron desde Dogs of Chernobyl, recordando que el área aún contiene residuos industriales y materiales contaminantes que podrían haber teñido el pelaje de los animales.
Los perros de Chernóbil son descendientes de las mascotas que fueron abandonadas durante la evacuación masiva posterior a la explosión del reactor número cuatro el 26 de abril de 1986. A pesar de que la región de exclusión —de unos 47 kilómetros cuadrados— continúa siendo inhabitable para los humanos, la fauna ha logrado adaptarse e incluso prosperar en un entorno marcado por la contaminación.
Un estudio realizado por la Universidad de Columbia en 2024 reveló que estos perros han desarrollado mutaciones genéticas que les permiten resistir metales pesados y otros contaminantes, lo que demuestra una sorprendente capacidad de adaptación a condiciones extremas.
Por ahora, los voluntarios siguen intentando capturar a los ejemplares azules para realizarles análisis veterinarios y pruebas de laboratorio que ayuden a determinar el origen exacto del color. Mientras tanto, los animales continúan bajo observación, aparentemente en buen estado. El fenómeno, inédito en la zona, se suma a la larga lista de misterios biológicos que Chernóbil sigue revelando casi cuatro décadas después del desastre.

