Ciudad de México.— El secretario del Trabajo y Previsión Social, Marath Bolaños López, informó esta mañana, durante la conferencia presidencial, que el Gobierno Federal impulsará una reforma constitucional y legal para establecer una jornada laboral máxima de 40 horas semanales en México. La medida, explicó, será aplicada de manera gradual a partir de 2027 y concluirá en enero de 2030, sin que ello implique reducción de sueldos o prestaciones para las personas trabajadoras.
Bolaños detalló que la modificación incluye una transición escalonada, con una reducción de dos horas laborales por año entre 2027 y 2030. Este esquema busca que empresas y centros de trabajo puedan adaptarse sin afectar su productividad, mientras que las y los trabajadores avanzan hacia un esquema que ya opera en la mayoría de los países de la OCDE.
Durante la exposición, el funcionario subrayó que la reforma también incorpora nuevas reglas sobre el trabajo extraordinario. La suma entre horas ordinarias y extraordinarias no podrá exceder en ningún caso las 12 horas diarias. Además, el tiempo extra seguirá siendo voluntario y deberá pagarse al doble respecto del salario ordinario, como establece la legislación vigente.
La propuesta amplía el margen semanal de horas extraordinarias hasta 12, lo que implica tres horas más respecto a lo permitido actualmente. Estas horas podrán distribuirse hasta en cuatro horas diarias durante un máximo de cuatro días por semana. Bolaños enfatizó que este tiempo adicional no formará parte de la jornada ordinaria y no podrá imponerse como obligación.
Una de las medidas centrales es la prohibición absoluta de que personas menores de edad realicen trabajo en horarios extraordinarios. Aunque la ley ya contemplaba restricciones, el secretario señaló que la reforma establece un candado más preciso y elimina la posibilidad de que estos menores acumulen horas triples, que hoy son ilimitadas en algunos casos.
El Gobierno también propone limitar a cuatro horas semanales el tiempo extra pagado al triple, reforzando el control sobre esquemas que en ocasiones se extienden sin regulación clara. La medida busca evitar abusos y asegurar que el pago extraordinario sea excepcional y no sustituya la contratación necesaria en sectores con alta demanda laboral.
Asimismo, Bolaños adelantó que será obligatorio que las personas empleadoras cuenten con un registro detallado de las horas ordinarias y extraordinarias que realizan sus trabajadores. Este mecanismo pretende transparentar las jornadas y facilitar la supervisión de las autoridades laborales, especialmente en industrias donde la carga de trabajo tiende a extenderse más allá de lo estipulado.
La ruta hacia la jornada de 40 horas llega tras varios años de debate legislativo y social. Organizaciones sindicales han insistido en que México mantiene una de las jornadas más extensas de América Latina. Datos de la OCDE indican que el país promedia más de 2,200 horas de trabajo al año, una cifra elevada frente a naciones con estándares de 35 a 40 horas semanales. El Gobierno argumenta que la reducción permitirá mejorar la salud, productividad y bienestar de la fuerza laboral.
Aunque la medida ha generado opiniones divididas en el sector empresarial, la Secretaría del Trabajo aseguró que el esquema gradual permitirá adaptaciones ordenadas. La discusión formal en el Congreso se prevé para 2026, cuando se presenten las iniciativas respectivas para modificar la Constitución y la Ley Federal del Trabajo.
