El aguinaldo es una prestación obligatoria para todas las personas trabajadoras en México y debe pagarse, sin excepción, antes del 20 de diciembre de cada año, de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo (LFT). Este ingreso adicional representa un apoyo clave para cerrar el año y ajustar el bolsillo en plena temporada decembrina.
La ley establece que el pago mínimo corresponde a 15 días de salario, aunque empresas y gobiernos pueden otorgar montos mayores según contratos o políticas internas. Para trabajadores eventuales o quienes no han cumplido el año completo, el monto se calcula de forma proporcional al tiempo laborado.
El cálculo es sencillo: si tienes salario fijo, divide tu sueldo mensual entre 30 y multiplica ese resultado por 15. Si no cumpliste el año, multiplica tu salario diario por 15 y luego por los meses trabajados dividido entre 12. En sueldos variables, se toma como base el promedio de ingresos de los últimos 30 días efectivos de trabajo.
El pago debe hacerse en efectivo o por depósito directo, sin deducciones ni descuentos, salvo casos previstos por ley. El retraso o incumplimiento puede denunciarse ante la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet), que brinda asesoría gratuita.
En el sector público, la práctica es dividir el aguinaldo en dos partes, una en noviembre y otra en diciembre, aunque cada institución determina su calendario interno. En empresas privadas, el depósito suele concentrarse en la segunda semana de diciembre.
Especialistas en finanzas personales recomiendan destinar una parte del aguinaldo a ahorro, pago de deudas o gastos fijos de enero, para evitar la llamada “cuesta” que se presenta al iniciar el año. También sugieren comparar precios antes de realizar compras navideñas.
Para evitar confusiones, conviene revisar contratos, recibos de nómina y políticas internas, pues algunas empresas otorgan bonos adicionales que no forman parte del aguinaldo. Si hay dudas, la Profedet mantiene líneas de atención telefónica y módulos en todo el país.
En un diciembre que siempre llega cargado de gastos, conocer tus derechos y calcular lo que te toca ayuda a planear con cabeza fría y a que el cierre de año no te agarre en curva.
