Los perros en el inframundo: una creencia prehispánica fascinante
Cómo los caninos guiaban a los difuntos en la antigua Mesoamérica
En el vasto mundo mesoamericano, la diversidad cultural era tan rica como las creencias que compartían. Una de las tradiciones más intrigantes y comunes entre los pueblos nahuas, mayas y otros grupos prehispánicos era la creencia de que los perros ayudaban a los difuntos a cruzar al inframundo. Esta creencia no solo reflejaba la profunda conexión entre los humanos y los caninos, sino que también destacaba el papel espiritual de los perros en la vida y la muerte.
Los perros como guías espirituales
Mercedes de la Garza, reconocida historiadora, señala que en el pensamiento mesoamericano, los perros eran vistos como psicopompos, seres encargados de guiar las almas de los muertos hacia el inframundo. Este concepto, compartido por otras culturas como la griega, subraya la importancia de los perros en el tránsito de los espíritus. En las creencias nahuas y mayas, el perro acompañaba al espíritu del difunto en su viaje a través del gran río del inframundo, actuando como su guía y protector.
Evidencias arqueológicas y artísticas
La estrecha relación entre los pueblos mesoamericanos y los perros se refleja en numerosos hallazgos arqueológicos y artísticos. Figurillas de barro encontradas en el occidente mexicano representan a personas enfermas o moribundas acompañadas por pequeños perros, posiblemente protegiéndolos del frío o de la muerte. Además, en el Códice Laud, se ilustra al espíritu de un muerto llegando al dios de la muerte, Mictlantecuhtli, junto a su perro xoloitzcuintle, un can sin pelaje considerado sagrado.
Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han descubierto entierros de perros prehispánicos cerca de Azcapotzalco, datando de hace más de 500 años, lo que confirma la práctica de sacrificar y enterrar a estos animales junto a los difuntos para asegurar su guía en el inframundo.
El simbolismo del xoloitzcuintle
El xoloitzcuintle, una raza de perro sin pelaje originaria de México, jugaba un papel crucial en estas creencias. Considerado un compañero inseparable en vida, el xoloitzcuintle también acompañaba a los muertos en su travesía al más allá. En los rituales mexicas, los guerreros caídos llevaban amuletos con imágenes de estos perros, conocidos como xolocózcatl, que simbolizaban protección y compañía en su último viaje.
Creencias y rituales asociados
Las culturas mesoamericanas realizaban diversos rituales para honrar a los perros que acompañaban a los muertos. Estos rituales incluían sacrificios y entierros ceremoniales, asegurando que los perros pudieran cumplir su rol de guías espirituales. Además, las figurillas y artefactos encontrados muestran a los perros interactuando con los difuntos, reforzando la creencia de que estos animales tenían habilidades especiales, como la capacidad de sentir presencias extrañas y proteger a los vivos y muertos.
Comparaciones culturales
La idea de los perros como guías de almas no es exclusiva de Mesoamérica. En muchas culturas alrededor del mundo, los perros tienen un papel similar. Por ejemplo, en la mitología griega, Cerbero, el perro de tres cabezas, guarda las puertas del inframundo. Estas similitudes destacan una conexión universal entre los humanos y los perros en el ámbito espiritual y místico.
Conclusión
La creencia prehispánica en los perros como ayudantes para cruzar al inframundo revela la profunda reverencia que las culturas mesoamericanas tenían por estos animales. Más allá de ser simples compañeros, los perros eran vistos como protectores y guías espirituales, esenciales para el tránsito seguro de las almas hacia el más allá. Esta fascinante tradición no solo refleja la rica mitología de Mesoamérica, sino que también subraya la importancia del vínculo entre humanos y animales en las creencias ancestrales.